lunes, 5 de febrero de 2018

NUEVOS RESPIRADEROS PARA EL PASO DE PALIO


Tras la conclusión en el pasado año del techo de palio y parte de las pinturas del programa iconográfico del nuevo paso de palio para María Santísima de los Dolores,  se está acometiendo  la segunda fase de este ambicioso proyecto que incluye la realización en metal plateado de nuevos respiraderos, maniguetas y flameros para las esquinas; igualmente la parte textil correspondiente a los respiraderos y nuevos faldones.
El diseño y realización de todo el  conjunto se debe  a Juan González que ha recurrido a la idea decimonónica de palio,  siguiendo para su decoración en elementos  del estilo neo-manierista tan en boga en el siglo XIX.
Siguiendo la idea general iconográfica, el paso se concibe como tres espacios: el palio, como sombra del Altísimo que protege y cuyo nombre resplandece en el centro del techo; en las bambalinas  la historia del pueblo de Israel y las prefiguras de María. El espacio intermedio es ocupado por la imagen de la Virgen, mujer elegida por Dios para ser madre del  Cristo y del nuevo pueblo de Dios: la Iglesia y en la que se cumplen las promesas. Por último la zona de la parihuela  que es el nivel de la Iglesia que peregrina en la tierra y que necesita de la penitencia/conversión para alcanzar la salvación y que tiene como  modelo a María.
Los respiraderos se han concebido al modo de las cresterías de las antiguas rejas que cerraban  las capillas mayores de catedrales y santuarios. También el modo de trabajar el metal recordará la  labor de forja de estas rejas:  cintas de hierro caladas, motivos vegetales, mascarones  y demás ornamentos tenderán a enmarcar las grandes cartelas que exaltan la figura de María.





En razón de ello el  trazado incluye siete grandes cartelas en las que se inscriben expresiones que el pueblo de Dios proclama de María y que están tomadas de la más antigua letanía dedicada a los dolores de la Virgen. Estas letanías nació  en la denominada Observancia Germánica de la Orden de los Siervos de María entre el siglo XVI/XVII y posteriormente  reutilizadas por  Pío VII en las que dedicó, con posterioridad a su cautiverio, a Nuestra Señora de los Dolores. 

El espacio  de los respiraderos -necesario para el trabajo de los que desarrollan la penitencia como costaleros-  irá recubierto por un trabajo de tejido de cinta trenzada a modo de los cilicios corporales usados en la antigüedad por los que optaban por la vida penitencial.  Sobre esta pieza tejida a mano irán las cresterías de orfebrería.

Cilicio de santo Tomás  Moro)



 Se están realizando igualmente el juego de cuatro maniguetas para el paso siguiendo el juego de volúmenes que son  propios de la orfebrería del siglo XVII   y cuatro hidras flameras que  darán unirán visualmente  la parihuela y sus elementos con el palio.

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